Queridos Reyes Magos:
Después de años de plegarias ronroneantes, listas insensatas y creencias sin grietas, siento que la ingenuidad se ha ido a criar malvas. La culpa no es mía, pero a la vista está, los resultados cantan: los amores piadores son fugaces, la felicidad en tragos cortos y por puntos, los picaflores carceleros acechan con sus pistolas de láseres paralizantes y, por si fuera poco, los cuervos cenizos han tomado las riendas del planeta.
Pero como soy una provinciana tenaz y me he portado estupendamente vuelvo a la carga otro año más, y os pido un año de amores piadores, la felicidad a mordiscos, los amigos a bandadas y una cabeza a pájaros; que me libréis de los picaflores que me quieren en una jaula, y de los buitrescarroñeros siempre al acecho. Y, por supuesto, alpiste a mazo.
Emma
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