30.11.06

a euro

La semana pasada, me tuvo confundida aquel sueño de teclados, € y pulsaciones. ¿Qué será, será...? Ahora, ya no tengo dudas, estoy segura de que ese sueño financiero-tecnológico era una premonición de la web del momento, "Un euro para Espe", que unos cuantos blogueros sin escrúpulos han montando para recoger fondos, y ayudar a doña Espe, alias la Presidenta, a llegar a final de mes.

"No tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!"

El periodista Manuel Rico en su blog, "Periodismo Incendiario", propuso que se realizasen pequeñas donaciones para la presidenta madrileña. Los del "Comité de Impulso y Agitación" crearon la web y la colecta no ha hecho más que rodar, rodar y rodar... hasta que ha llegado a la portada de las agencias -Reuters, sin ir más lejos- y de los portales.

Pues nada..., a ver si alguno se anima y me monta una web de "a euro" y consigo llegar a fin de mes, que en esas ando como mi querida Espe.

26.11.06

bambú


Un puente, un punto, una ráfaga y una mueca. Eso es emma en japonés, o, bueno, eso me ha pintado una preciosa japonesita de ojos menudos, pelo esquelético y silueta renegrida.

El montaje de la Japan Week en el Palacio de Congresos es como "para peques": escasa información, pinturas de colegiales, quimonos de sepu y lo del manga..., ni podían leerse las explicaciones de raquíticas. Eso sí, los calígrafos exhaustos de tanto "su nombre en..."; el chef repostero tenía parroquia perenne ante unos preciosistas pastelillos crisantemos multicolores que poco excitaban mi gula; y en la rama de bambú los paseantes habían colgado sus deseos escritos en papelinas de colores, una avanzadilla de la carta a los Reyes Magos en discretito -muy pocos papeles tenían más de un deseo-: "Que gane siempre el madriz. Un ordenador. Un perro y una muñeca. Que el Valencia gane la liga y la copa. Que se acabe el terrorismo. Que nos queramos siempre. Entendimiento entre las culturas. Tener hijos siempre sanos. Que apruebe las oposiciones. Friendship with jsp... Que gane el Valencia." Qué poco romanticismo, por dios!

23.11.06

el crisantemo, el abanico y la espada


Esta semana toca en charricity un desembarco japonés de lo más variopinto: música, ceremonia del té, ikebana, exposición de grabados en la Torre de los Anaya, marionetas, danza, caligrafía, manga, cocina, artesanía, pintura, y la exótica foto de mi Lanzarote, con cara de susto, del ganchete de varias japonesas en kimono -ver El Adelanto de ayer-.

Entre toda esta explosión de exotismo oriental, hecho de menos algún montaje sobre su moda sobria pero sobrada de imaginación -me fascinan los trapitos de Yamamoto-; una muestra de su cine lento y denso, muchas veces impactante. A mis diecinueve años me dejó temblando El imperio de los sentidos, no es fácil digerir tal catarsis de sexo y muerte en la tierna juventud, y más recientemente Nadie sabe o el trágico romanticismo de Dolls, de mi querido Kitano, con un espléndido vestuario de Yamamoto: el colmo de la sofisticación nostálgica. Y ya puesta a pedir, una pizca de acto literario no habría estado mal para indagar y descifrar a los afamados Kawabata o Mishima, o descubrir a esos desconocidos del crisantemo para un momento de felicidad.

20.11.06

pulsaciones

Ayer he tenido un sueño que no sé muy bien por dónde cogerlo. Sueño que estoy escribiendo en el ordenador. Pulso las teclas de Ctrl y el número 7, de inmediato aparece el símbolo en la pantalla. ¡Qué raro!, pienso, el símbolo del euro, si para éste hay una tecla. ¿Por qué sale esto? Repito, marco Ctrl + 7, otra vez escribe la . De nuevo, tecleo Ctrl, pero cambio de número, pruebo el 3. Nada, lo mismo, otra más, y van tres. Una mezcla de sorpresa y curiosidad, me lleva a intentarlo con todos los números. Siempre igual, la dichosa no deja de asomar a cada nuevo intento. Pues, nada, será que lo escribe de las dos maneras, concluyo tan ancha.

Al levantarme, he comenzado a dudar. ¿Será que mi teclado no tiene la ? Tal vez se puede hacer de las dos maneras. Sin dudarlo, antes del desayuno, he revisado el teclado; efectivamente, en la esquina inferior derecha de la tecla E descubro a , algo más pequeña, eso sí, pero es ella. ¿Por qué, en el sueño, no atino a buscarla en el teclado? Encendí el ordenador para comprobar si funcionaba -no vaya a ser-. Presioné despacito la tecla E + AltGr, al instante mi apareció en pantalla. Lo he intentado con Ctrl y todos los números, pero nada, el cursor sin moverse, ni rastro de . Mi sueño no funciona.

18.11.06

chascarrillos en red

Rápido, rápido, queridos niños, que en cualquier momento se termina.

Id a www.google.es
Poned "miserable" como argumento de búsqueda
Pinchad en "Voy a tener suerte" y...
¡Sorpresa!
Caperucita feroz

15.11.06

gladnost

Un tipo delgado con manos grandes y musculosas como de remero del Volga, de pelo gris acerado con corte de ejecutivo, excava un hueco en la arena de la playa de bahía del Duque con la parsimonia y el tesón de quien traza un preciso dibujo matemático.
-Stasi gladnost chejova jlestiakov lossky goncharova -murmura el hombre con voz pausada y caliente como trigo maduro mientras calcula de un vistazo la profundidad que necesita su pequeña rubiecita.
Al otro lado de la sombrilla una mujer rubia de figura siberiana y manos cuidadas, con las uñas pintadas de rojo amapola, aros de oro en los dedos pulgares y anillos de cristal chispeante en sus dedos delgados y severos, esparce la crema solar por su piel pulcramente tostada sin un pliegue mal colocado, ni una mancha despistada.
-Nadia stazhd tolstoi comenci spasiva vasiliev -repite despacio tratando de calmar a la pequeña de pelo amarillo limón que, bajo la sombrilla de triángulos blancos y azules, ha comenzado a patalear con el empeño de quién no tiene palabras.
El hombre de pelo gris platino plancha las paredes del hueco arenoso hasta dejarlas tan bruñidas como los anillos de la mujer, lo cubre con la toalla del ratón mickey tratando de ajustarla a la concha protectora, y con mimo acuesta a la pequeña en esa cuna con sabor marino.
Mientras tanto la rubia de ojos verde esmeralda se coloca la visera blanca de Dior a tono con el estampado de flores azules y blancas de su bañador, retira las asas del bikini, se parapeta tras un gafas azul titanio, y se tiende en la tumbona de lecho blando y crujiente dispuesta a sudar hielo bajo un sol generoso, sin escuchar el rumor de las olas.
-Troika vladimir zhdanov illich nasdriva malevich -musita el hombre de pelo gris a la pequeña de ojos azul boreal.
El hombre de pelo plateado limpia la arena de la cara y el pecho de la pequeña, acaricia sus diminutos pies, centra la sombrilla y se tiende a su lado con su manita entre sus dedos de remero.

10.11.06

les poissons rouges

Otro día más los riscos escarpados de la montaña de Adeje se recortan sobre un cielo azul de verano sureño. En la costa una llanura azul agita sus olas sobre playas de arena gris. Bajo este sol radiante tu ausencia suena machacona como un grifo que gotea. En la calle nadie sigue mis pasos. Las lunas de los escaparates no reflejan sombras fugaces. En este mar no hay algas, ni peces rojos, todo es transparente sin una sombra bajo el agua. Nadie ocupa el otro lado de la toalla. Nadie deja huellas en la arena, huellas menudas y sigilosas tras mis pasos.
Con este sol..., ajena a mis pesares misombra duerme en un armario entre sábanas y abrigos, a miles de kilómetros. ¿Cómo pude olvidarla!
Vuelvo a encontrarme con Marina Tsvietaieva en el libro de Pitol que estoy leyendo: El viaje.
"Soy una sombra de la sombra de alguien". Marina Tsvietaieva.

6.11.06

volar

Lo bueno de volar es que puedo ver las nubes al revés. Desde la tierra se ven lejanas y planas como una fotografía; pero vistas desde arriba pueden descubrirse recovecos, pasillos, montañas y simas de la densidad inconsistente de las claras a punto de nieve. Lo que más me gusta de viajar en avión es despegar cuando el cielo está nublado y llueve, el avión asciende cortante entre una masa de humo compacto, denso y gris. Minutos más tarde alcanza una zona de niebla brillante, luminosa, cegadora, señal de que nuestra ascensión nebulosa va terminando y pronto estaremos bajo un cielo azul, casi añil, más radiante, más frío y más cercano.

3.11.06

listas

Hago la maleta una vez más, y un sin fin de dudas comienza a asaltarme: ¿llevaré el pantalón negro? ¿dos o tres bikinis? Los zapatos blancos, las zapatillas de vichy, alpargatas negras, bolso blanco, lo peor no encuentro las alpargatas blancas, y ¿las rojas? ¡Hum!..., ni con los piratas rosa desteñido ni el short estampado playero me cuajan, un horror... ¿Dónde habré metido las blancas? ¿las habré tirado a la basura? La toalla, la lencería -que milena no expone al vecindario-, una chaqueta, las camisetas: blanca, negra, naranja, pistacho, ¡ah!..., el modelito pantalón marinero francés con camiseta de listas rojas -¡tan chanel!-, el pijama, los cargadores -porque, ahora, se viaja con mucha tecnología a cuestas-, un par de regalos, la cremas y alrededores.

El libro de Cesar Aria o ¿Pitol?, aunque no sé..., tal vez con el "Vivir para contarla" voy sobrada, y tres me parecen demasiados, ni cabrán; los diskettes, la libreta azul y las notas de la boa que últimamente se traen un ajetreo de casa al trabajo y vuelta, y paseos varios por las provincias, pero ni con ésas avanzo, espero que las alturas gélidas de la atmósfera le sienten bien, y vuelva del paraíso con la boa compuesta y rematada, lista para entregar al susodicho.

Se cierra el telón, ¿cómo se titula la película?