28.4.08

de unos pocos

Los del proyecto genográfico de National Geografic e IBM acaban de anunciar que, según los análisis de ADN mitocondrial que llevan realizados, hará unos setenta mil años el "homo sapiens" estuvo a punto de desaparecer. La población se redujo a unos dos mil sapiens, que vivían en dos comunidades al Este y Sur de Africa, aisladas la una de la otra debido a las duras condiciones ambientales. Al parecer tal descenso de la población fue debido a la sequía y duras condiciones de vida provocadas por otro, recién descubierto, cambio climático. Este aislamiento de ambas poblaciones duró unos cien mil años, la mitad de la historia de nuestra especie. Más tarde, hará unos cuarenta mil años ambas poblaciones se unieron y comenzaron su largo éxodo fuera de Africa.

De esos dos mil venimos los 6.600 millones de la actualidad, después de haber sobrevivido a la última glaciación hará unos veinte mil años, con temperaturas de -25ºC en Europa Central en invierno, y 7ºC en el veranito.

Anda que como nos caiga la quinta glaciación con el petróleo por las nubes, y sin paneles solares, vuelven a quedar otros cinco mil sapiens.

23.4.08

23 de abril

El asfalto mojado y el aire cargado de nubes. Las cigüeñas no dejan de picotear en los aleros de piedra. Los pasos resuenan en la calle Compañía.

"Chocamos al doblar la esquina. Yo voy deprisa, con la cartera y el paraguas colgado del brazo porque, aunque ahora por la tarde no llueve, por la mañana cuando he salido de casa, caía una lluvia que amenazaba durar hasta la noche".

Ahora luce el sol y el aire ligero de luz hace brillar miles de portadas de libros bajo los arcos de la Plaza. Arthur Schintzler me tienta pero demasiado viejo. Demasiados zafones, muchos Noah Gordon, numerosos Boris Izaguirre, cuantiosos Harry Potter. "¿NO tiene algo de vampiros?". Libros de viejo con portadas enteladas, sobadas por manos inquietas, amigas o, tal vez, lascivas; palabras subrayadas señalan un pensamiento, un deseo, una pregunta, alguna luz. Bajo los arcos borbónicos me decido, nada de novelones, algo corto, breve. No le doy más vueltas, aquí al lado esta mi admirado Cortázar, un impulso, ocho caras, ocho cuentos, cinco euros y ya tengo Octaedro. En el siguiente arco me arrimo a los Mil cretinos del señor Monzó, y sus palabras me agarran del brazo: "Es un bar importante, de renombre en el barrio, quizás con el mejor jamón de Barcelona, y unos codillos al horno —cocinados con cebolla, tomate, pimienta, vino blanco y coñac- de altísima calidad". Definitivamente, tengo hambre. Nos vamos a comer.

"A vos que me leés, ¿no te habrá pasado eso que empieza en un sueño y vuelve en muchos sueños pero no es eso, no es solamente un sueño? Algo que está ahí pero dónde, cómo; algo que pasa soñando, claro, puro sueño pero después también ahí, de otra manera porque blanco y lleno de agujeros pero ahí mientas te cepillas los dientes, en el fondo de la taza del lavabo lo seguís viendo mientras escupís el dentífrico o metés la cara en el agua fría, y a , y ya adelgazándose pero prendido todavía al piyama, a la raíz de la lengua mientras calentás el café, ahí pero dónde, cómo, pegado a la mañana, con su silencio en el que ya entran los ruidos del día".

18.4.08

Esta historia comienza en Mérida, un sábado con un sol a ráfagas del norte, el fin de semana de los nombramientos ministeriales, que tanto han dado que hablar, y del gran premio de Estoril. El viento envuelve redondo las gradas del teatro de Emerita Augusta. Proserpina, diosa cuya historia es la base de un mito de la primavera, reina del mundo subterráneo, raptada por Plutón -muy cerca de ella entre las columnas del frente de escena- a los infiernos, nos ha devuelto las lilas blancas y las rosas fragantes al peristilo.

En un arrebato de infiernos primaverales, un hombre mata a su madre y se pasea con su cabeza envuelta en una camiseta por las calles de Murcia.

Cíane, náyade compañera de Proserpina, trató de impedir su rapto pero no pudo hacer nada contra Plutón. Llena de dolor, se disolvió en lágrimas.

Una joven se ahorca con su cinturón de cuero en la verja de la plaza de San Román. (Sit Tibi Terra Levis)

Pirítoo, un amigo de Teseo, trató de conquistar a Proserpina, y bajó al Hades con la intención de casarse con ella, y como castigo se sienta para siempre en la Silla del Olvido, a la que fue firmemente atado con anillos de serpientes. Hércules intercedió por él ante Plutón y lo devolvió al Mundo superior ileso.

10.4.08

corazón

El gitano vaga por su cueva con las tristezas corriendo por el pasillo. A fuerza de noches, ha logrado seducirlas un poquillo, y que tomen el sol en la terraza. Cuando ya les cante, saltarán por la ventana.

Una noche de luna llena, el gitano encontró la tristeza azul tirada en el suelo. Su cabeza había rodado pasillo abajo. Lágrimas de sangre señalaban el rumbo de aquel naufragio. La tomó en brazos. Secó sus lágrimas y la sentó sobre sus rodillas. Ella cerró los ojos y se acurrucó en su regazo. Sin corazón, le cantó todos aquellos deseos que él mantenía amaestrados.

El gitano envolvió la cabeza azul y plantó su tristeza en la maceta blanca. Ahora, sueña despierto un corazón, que haga crecer su amor bajo un cielo gris de lluvia perezosa.



"No. Es mejor comerse el corazón primero. Así no se siente tanto el frío, ni el dolor.

Cuando no se tiene corazón, no hay por qué contenerse. Se puede mirar a la muerte sin temblor. Es el corazón el que nos traiciona, el que nos hace llorar, el que nos hace enterrar a nuestros amigos cuando deberíamos seguir adelante.
Es el corazón el que nos pone enfermos por la noche y nos hace odiarnos a nosotros mismos. Es el corazón el que canta viejas canciones, el que nos trae recuerdos de días cálidos, el que nos hace vacilar ante otra milla que hay que recorrer, ante otro pueblo humeante.

Para sobrevivir al invierno bajo cero y aquella guerra, hicimos una pira con nuestros corazones y lo dejamos a un lado para siempre. No hay casas de empeños para el corazón. No se le puede llevar allí, dejarlo envuelto en un trapo limpio y rescatarlo cuando vengan tiempos mejores.

Cuando se está ante la muerte, deja de tener sentido la pasión por la vida; hay que abandonar la pasión. Sólo así se puede sobrevivir."

La Pasión. Jeannette Winterson.

3.4.08

sans adieu 1, 2, 3

216 RENE LALIQUE Four perfume bottles:

"Sans Adieu" for Worth in green glass, c. 1929,

"La Renommee" tester of clear and frosted glass for D'Orsay, 1922,

"Le Temps Des Lilas" for Houbigant of clear and frosted glass, c. 1922, and a small bottle for Coty enclosed in a metal case.