28.10.06

adios ilusión

Lo que más me gustaba de la Navidad era el calvo, Clive Arrindell, del anuncio televisivo del sorteo navideño de la lotería; ese tipo elegante y tierno, de ojos transparentes y figura oscura. Aquella mirada envolvente de dulce ilusión y su silencio seductor me cautivaban. Durante estos últimos ocho años noviembre dejaba de ser noviembre al sentir sus sinceros deseos de suerte unos míseros segundos. Un calvo para un gordo que trampea y se nos resiste. Este año no hay calvo. Adiós al anuncio mágico y juguetón. Ahora el color y la tierna infancia se imponen con un spot en plan "ahora toca jugar a la lotería". Una memez.

22.10.06

señas de identidad

Durante mis callejeos veraniegos, sin mirarme los pies, he descubierto esos balcones rebosantes de CD’s brillantes de variado colorido: granates, negros y blancos, verdes y amarillos, que mecen sus surcos entre la brisa y el viento. Algunos penden de barrotes negros amarrados en fila india como un escuadrón de espantapájaros perfectamente alienados, otros contentan el alma de poeta del inquilino artista colgados de la barandilla y suspendidos del techo como serpientes engalanadas de brillos iridiscentes, que recuerdan los móviles de Calder. Calle arriba, en un balcón de barrio otro pinga solitario prendido de una pinza de madera en la cuerda ruin del ¿me quiere? ¿no me quiere? En las esquina de los cines Van Dyck una fila multicolor balancea sus ruedas de platino desde los barrotes de hierro negros, sin prisa, esperando que la noche lance sus destellos nacarados a los ojos de noctámbulos cansinos. Cuatro calles más allá, el más ladino columpia perezoso su trasero nacarado entre las macetas de alhelíes blancos a la sombra de las adelfas del vergel que florece en el balcón del cuarto.

El primer día pensé que una nueva moda que se imponía por el orbe occidental y ahora tocaba el reino de los CD’s en balcones y terrazas, al igual que los quads o el tunning, pero ante la plaga de pajaritos de la última temporada deduje -sí, cavilo mientras camino, aunque no debería-: ¡Anda!... son espantapájaros para que no se coman las plantitas. Y comencé a fijarme si la plaga había llegado a otras ciudades, pero ni en Madrid, Pontevedra, Santiago, Varsovia, Zamora o Cracovia he visto la fiebre de colgar los CD’s en los balcones. Una nueva seña de identidad se fragua en el orbe charro. ¿De soporte de datos a útil de ferretería?
¿Espantapájaros o pieza de arte povera?

19.10.06

chispas


"La noche está estrellada, tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

"Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son tan blancas como mi pena."

Lejos, muy lejos, más allá de los confines de Orion, unos días atrás, el encontronazo temerario -o, tal vez, el abrazo desgarrado- de las galaxias Antannae nos ha dejado miles de millones de nuevas estrellas en nuestro cielo de Salamanca. Un ir abriendo boca de lo que sucederá cuando nuestra Vía Láctea choque con la vecina galaxia Andrómeda dentro de unos 6000 millones de años.

"Las estrellas de la noche se volvieron siemprevivas".

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".

-No quiero perdérmelo. ¡Buahh!

14.10.06

amanece

Son las 6,38 y el ring-ring-ring del teléfono móvil consigue despertarme de un sueño "a media luz los besos, a media luz los dos..., y todo a media luz, crepúsculo interior". Suena y suena, y el ring se estampa contra las listas del pijama, casi, casi me zumba en los higadillos antes de pararse. El contestador habrá saltado. ¿Quién será? Sin pestañear y sin curiosidad revuelvo entre las almohadas en busca del sueño a media luz. Ring-ring... otra vez el móvil¿? ¿Habrá pasado algo? Descuelgo y un chorro de ruidos y voces me despierta como de lunes.
-Es van gusdula fen va isfe asdel nisbefam... -El ruido y las voces de fondo apenas me dejan escuchar, pero no entiendo nada.
-¿Diga? ¿Aló? Sí, ¿dígame?
-Feis albel faissa gesdanfe use rafien uvais sulem... -Una mujer lejana, entre murmullos de hombres en un bar, habla apresurada y nerviosa, cada vez más nerviosa. Me temo que no esperaba una voz de mujer.
-Mire, lo siento, creo que se ha equivocado. Lo siento, se ha equivocado. -Le digo con calma, intentando que comprenda mis palabras, y que su nervio bastante desbocado no acabe en llantina. Su voz suave, algo seca y pastosa como esos pasteles de miel y hojaldre, suena irritada y confundida.
-Ulem sifed lurdarma sivauel te ludab esband leurba... -Parlotea la mujer desesperada cada vez mas alto.
-Lo siento se ha equivocado, se ha equivocado. -Repito, cansada de su estupor, pesando que nunca me va a comprender y que me voy a perder mi sueño a media luz. Cuelgo el teléfono. Vuelve a sonar. Lo apago.

La mujer desesperada tiene prefijo 78, el sunday morning es frío y soleado, y mi línea adsl vuelve a funcionar.

12.10.06

oranges de la china



Gracias a Wanadoo -en adelante Orange- he vuelto a la era del tam-tam, tengo el adsl muerto y sin visos de que renazca de sus cenizas después de una semana -y lo que te rondaré morena- y a pesar de mis peleas diarias con el call center -que me están costando una fortuna desde el móvil-. El primer día hacía sol, todo era optimismo, avisé de la avería y "la incidencia quedó registrada", y yo a la espera de su llamada sanadora. El tercero, ante el silencio del servicio técnico de Orange, empezaron las palabritas, pero colgué radiante por mi capacidad de seducción a distancia y satisfecha con mi nuevo nombre de usuario y contraseña para la tarifa plana 24 horas que me habilitaban en tanto no resolvían la "incidencia". El cuarto, quinto y sexto se llenaron de mis quejas, reclamaciones, gruñidos y exabruptos ante la imposibilidad machacona de acceder a la supuesta tarifa plana, mientras los teleoperadores repiten la misma cantinela "le paso el aviso al servicio técnico para que lo solucionen, no se preocupe la llamarán". Sigo esperando.

En una de estas esperas me he ido al cine: "Llamando a las puertas del cielo". La última película del señor Wenders y en la que queda claro que su auténtica media naranja es el señor Shepard -con él ya colaboró en París-Texas-. Juntos cuentan una maravillosa historia en la que nos hablan del AMOR en los desiertos de Nevada, en pequeñas ciudades cutres y aburridas, pero con unos casinos dignos de Las Vegas, y con toques de road movie. A ambos le seducen las solitarias y desérticas carreteras americanas, las pequeñas ciudades de la América profunda con moteles destartalados, borrachos filósofos y camareras de caderas impresionantes.
Lo confieso soy una fan de Sam Shepard, además..., está tan guapo con sus dientes torcidos!

Y el séptimo descansé.

"... sólo para observar a Faye balancear sus increíbles caderas al cruzar las puertas de la cocina, cargando con bandejas de pavo humeante y bocadillos calientes de beicon, tomate y lechuga, y siempre con una sonrisa dedicada a las multitudes que rompía corazones: los gordos, los feos, los maleducados, los borrachos, los locos, no hacía ninguna distinción, todos recibían el mismo rayo radiante de bondad de sus ojos."
El sueño del paraíso. Sam Shepard.

Pero mañana ataco de nuevo... Se admiten apuestas, ¿recuperaré mi adsl esta semana o la tarifa plana esa que supuestamente me han habilitado o lo que sea?

Mientras tanto al bosque a por leña, las señales de humo se disipan.