30.10.08


Las nubes no han dejado de pasar. Vienen sacuden su melancolía y se van. La lluvia chisporrotea sobre el tejado del palacio de Monterrey. El ciprés cimbrea ladino sus ramas. El viento revuelve los cabellos y me deja en blanco.

28.10.08

lunesito amoroso

Hay que ver, qué contento va MiLanzarote a trabajar con su santa de la mano. Y eso que era lunes. ¡Qué bonito es el amor! Ahora que madrugar, no madruga.

25.10.08

repasamos

Todo comenzó más allá de Finisterre, más allá del océano, a causa de unas hipotecas basura muy contagiosas que se propagaron como la peste.

Sin embargo, por aquí seguíamos tan contentos. Eso es allá lejos. Aquí no llega la contaminación, tal vez al norte pero en el sur, ¡quiá! Tranquila, caperucita, que el lobo feroz no se come a las niñas buenas. Pero, luego, resultó que Jordi tenía un fondo de pensiones con La Caixa, quién una tarde tonta se fue de compras y esas 'subprime' le parecieron una monada. Ahora le dicen a Jordi que su fondo ¡uhmm..! padece raquitismo.

El euro subía y subía. El petróleo se disparaba para perplejidad general hasta casi 200 dólares el barril.

Los agoreros querían fastidiarle la campaña a ZP, pero él nada, el rey del profidén. Los pisitos pasaron a rellenar los estantes de los especuladores. Las inmobiliarias a echar el cierre. Y seguimos sin vender un clavel.

Y la bolsa? Hay la bolsa, mi hermano, comenzó una cuesta abajo en su rodada allá por los hielos de enero que todavía sigue (ya lo avisó Finito), con el dólar de compañero.

Con los calores, ya se desataron los nervios. Los liberales y mercantiles más rancios deciden recurrir al estado redentor que salve lo que pueda del sistema financiero. Mas de un senador yanqui sigue sin entender nada. No se hace otra cosa de hablar de la puta crisis como si fuera la primera de la historia de la economía.

El petróleo no para de bajar. Ayer iba por los 62 dólares, cuando en julio andaba por los 146 dólares, a pesar de que la OPEP ha reducido la producción. En mi casita ya han encendido la calefacción. Y, mira tú por dónde, el dólar no deja de subir. Resulta que se ha convertido en activo refugio ante el temor de la bancarrota de Rusia -por dios qué país, mal fario tiene-.

Sarkozy quiere refundar el capitalismo.
Los gringos preparan un sarao para el 15 N sólo con VIPS y el menú de siempre: mercados libres, libre empresa, libre comercio.

El más ‘cool’ de los ‘gurús’ económicos, el señor Roubini dice que "El miedo se ha adueñado de los mercados, todo el mundo quiere vender y nadie compra, sólo va quedando la alternativa de cerrarlos un tiempo". Los ‘brokers’ pasarán halloween y acción de gracias en casita, me temo. Veremos si en Navidades todavía continúan de vacaciones. Lo peor de todo es que nuestra crisis será de L mayúscula: larga y dolorosa, una cruz que es más nuestra. Y yo sin mantilla.

21.10.08

hombre melancolía

El hombre melancolía usa perilla pero no sombrilla, y las penas le llueven grises, sin descanso. Cada día una nueva tristeza le abate desde las zapatillas felpudas; sube despacio, mustia y mohína desde la planta de los pies, fémur arriba, hasta asentarse en la barriguita, bien adentro entre los pliegues melosos del estómago.

El hombre melancolía siempre trabaja, no descansa. Tanto abatimiento da mucho que hacer. Trabaja bien duro con las murrias, las bate con melisa y una pizca de insomnio, las amasa suave con palabras y las tiende a secar entre las adidas rojas y la blusa negra.

El hombre melancolía teje una manta de palabras al abrigo de la languidez lluviosa del jueves santo. Cavila, desteje, intriga, deshila, y de tanto urdir el tedio la pesadumbre corre por las canales, baja por los sumideros, rebosa por las alcantarillas y va a parar al mar helado de las zangarrianas.

El hombre melancolía levanta la vista, templa los enormes ojos azules, levanta la tapa del occipital, y de un golpe seco y metálico arranca la nostalgia de la temporada otoñal. De nuevo, asienta la cabeza trasquilada, acaricia la perilla y abre la sombrilla: "Este sol de otoño templará las tristezas."

17.10.08

celtismo

Las nubes no han dejado de pasar. La lluvia viene, sacude su pelo mojado, y se va. En la esquina del Toural, he metido los pies en un charco al tratar de arranca un cartel sobre "El resurgir de las raices celtas". Un maestro druida "esperto en celtismo y en la filosofía druídica", "profesor de amtropología mágica ritual y técnicas holísticas. Maestro en teúrgia y especialista en alta magia.", anuncia sus conferencias y jornadas prácticas "al aire libre, en lugares mágicos de nuestro entorno". ¿Tendrá este nuevo Panoramix la receta de la poción mágica? No estaría mal un sorbito de poción los lunes aciagos. Sería el remedio ideal para salir de la cama en volandas y de un apretón mandar al jefe a Tejares. Despego el cartel con cuidado. Está tan húmedo que se puede romper en cualquier momento. Necesito tener todos los datos y con esta lluvia no puedo pararme. Horror la jornadas fueron en septiembre. No hay poción, ni fiesta druídica. Me he quedado sin remedio para el largo invierno de estepa. Quizá en el casino puedan consolarme.

Cuando ya tengo el pie izquierdo dentro del zaguán del casino mi paraguas pincha un pequeño panfleto naranja. Dice: "Profesor gran ilustre Baki. Gran mago con poderes naturales, rápido y eficaz, con 27 años de experiencia en todos los campos de la alta magia... Verá a sus enemigos de rodillas". ¡Dios! Aquí tengo el remedio a punta de paraguas, el gran Baki con su teléfono de la esperanza resolverá cualquiera de mis avatares. Un druida de pura cepa, invocar a Panoramix, por ejemplo, y al gran Baki juntos necesitará el señor Sarkozi para refundar el capitalismo y eliminar los paraísos fiscales. Mañana hablaremos del gobierno.

11.10.08

saudade

Tras unas semanas de cloroformo y pereza, aquí estoy en la costa atlántica. Me gusta el mar en otoño. Olas marchitas y sol poniente. Las algas invaden la orilla. El mar ya no borra los pasos de los amantes sobre la arena.

4.10.08

la duda del mes


No sé si hacerme un tratamiento de fertilidad, como la señorita Beloki, y que me den la baja laboral unos mesecitos.

2.10.08

en vela

Hace diez días que comenzó el otoño. El cielo azul brilla de verano. Las palomas picotean sedientas la piedra de la cornisa del edificio del hospital. El chirriar de los pasos insomnes en planta. Alguien se queja dolorido al fondo del pasillo. Un aire tibio aleja la nostalgia.