21.6.11

21 de junio

Es una mañana sin tropiezos ni nubes. El atasco de Álvaro Gil se estampa sin remedio sobre los vehículos agitados y las manos impacientes y los pies a la deriva. La sombra de tu casa tiñe de gris la calzada. Una brisa agradecida no ayuda a arrancar. Los pies han encontrado su hueco, avanzan perezosos. No hay rostros tras los cristales. El río se cuela sobre el lecho del Tormes, roza los juncos y las barcas resbalan esponjosas. El aroma de la noche llega más lejos en verano.

No hay comentarios: