5.5.11

terrazas

Teníamos los brazos fríos, el viento ojeaba los manteles azules de las mesas. El atardecer aupaba el brillo de la noche hasta las paredes de piedra. La luz de las farolas tamborileaba sobre las espaldas de los transeúntes, sus pasos borraban las huellas sobre las losas de la calle Meléndez. El hombre sombra fuma y espera a la puerta de la joyería.


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