26.12.05

día de navidad

-Toma, esta carpeta me la ha dado tu padre -dice mi hermana con voz pedir un café-, me parece que es tuya.
-¿Qué es? -le pregunto curiosa al tiempo que recojo la carpeta azul, vieja y blandengue después de años de humedad en un desván lluvioso-. ¡Vaya!, retorno a Brishead en Navidad...
En su interior perfectamente organizados: una carpetilla blanca con un autorretrato de mi viejo amigo S., datado el 27-4-79, un dibujo de lápiz, surrealista y anónimo, bastante desagradable, con venas cosidas y un pequeño barquito de papel que navega por la raya de un ojo reventón, y otros dibujos con muchos colorines y bastante "pasteles", producto de aquellas noches santiaguesas repletas de lluvia; dos vetustos ejemplares del "Mundo Gráfico" de 1916 y 1920; y otra carpetilla negra con reseñas y anotaciones de variados libros y autores: Goytisolo, Pasolini, Gramsci, Alvaro Caeiro, García Lorca, Noam Chomsky, Bertold Brecht o Leonard Cohen, entre otros. Y recupero mi poema favorito de Kavafis, ya olvidado:

"Nada me retuvo. Me liberé y me fui
hacia placeres que estaban
tanto en la realidad como en mi ser,
a través de la noche iluminada.
Y bebí un vino fuerte, como
sólo los audaces beben el placer."

Lo que no reconozco, y me resulta totalmente extraño es el cuadernillo mecanografiado, con apenas cinco hojas de papel cebolla, y el siguiente título en la portada:

"PALABRAS DE POETA"
Poemas escritos por: Antonio Rodelas Montes
PROVO
Y un pequeño recorte en su interior que dice:

"Estos poemas son intercambiables por:
Unas palabras totalmente necesarias para el alma.
Un puesto de trabajo para mantenerme como persona.
Unas monedas para ir tirando.
Un beso para seguir soñando.
Cualquier cosa para continuar amando."

No recuerdo a su autor. No tienen fecha, ni anotación alguna. No consigo recordar cómo esas cinco hojas llegaron a mis manos. Tal vez unas palabras, un beso o quién sabe qué..., me las dejaron entre los dedos.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Yo era amigo de Antonio Rodelas y lo acompañé a veces por Huertas y Malasaña, a principios de los años 80, repartiendo esos cuadernillos intercambiables por aspectos básicos de la vida. Hace ya algunos años que murió Antonio. Fue un mes de Febrero muy frío y sin gorriones, en su querida ciudad de Granada, a la que se acogió cuando ya se sintió sin fuerzas suficientes para continuar su vida bohemia de gran poeta y libertario, con un curriculum de bondades y valentías que asusta. El Ateneo Libertario de Granada lleva su nombre.

emma b dijo...

Vaya, Pedro, después de lo que me cuentas, la red no deja de darme sorpresas, como si el azar se volviese redondo. Hace varios años que escribí ese post y ahora tú me dies que eras amigo del autor de aquel cuadernillo. Me gustaría poder recordar. Poder contar cómo llegó a mis manos, qué sucedió..., pero estoy en blanco. Las fechas que tú me dices coinciden, en el 83 y 84 pasaba temporadas en Madrid, y mis cuarteles estaban en Malasaña, tuvo que ser allí.
En este momento no tengo esos cuadernillos de los que hablo pero en Navidades trataré de buscarlos.
Es curioso esto del azar...
Me gustaría que me contases algo más.
Besos inmemorian

rienda suelta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
rienda suelta dijo...

Haciendo alusión a lo que escribes, “como si el azar se volviese redondo”, yo tengo ocho hojas pertenecientes a un libro de poemas escritos por Antonio Rodelas Montes. Tampoco sé cómo han llegado a parar a “mi caja de Pandora" (maletín lleno de cosas que ido guardando desde pequeña).
Lo único que he encontrado en la red es esta publicación.
Me quedo deseando conocer algo más...