Ayer fue su cumpleaños, aunque esté muerto desde 1904.
"¡Oh, las cosas que hacemos en las provincias por puro aburrimiento! ¡Las cosas triviales e innecesarias! Y todo porque no podemos hacer las cosas que son importantes. ¿Por qué sentimos de pronto la necesidad de casar a este Belinkov, quien incluso en nuestra imaginación no era para nada buena materia prima como esposo? La mujer del director, la mujer del inspector, y todas las maestras resplandecieron, incluso se volvieron más bonitas, como si acabaran de darse cuenta del sentido de sus vidas. La mujer del director tomó un palco en el teatro, y ¡mira! ahí en el palco estaba Várenka, con un abanico, radiante y feliz, y a su lado Belikov, tan incómodo que parecía que le hubieran sacado de su casa con unos alicates. Si yo daba una fiesta, las damas insistían en que debía invitar tanto a Balikov como a Várenka. En una palabra, la máquina se había puesto en marcha."
El hombre enfundado. A. Chéjov.
No hay comentarios:
Publicar un comentario