ZP ha tenido su foto con Bush gracias a la sarkosilla -Espe dixit-. Como era de esperar, el evento se ha enredado entre las nubes y allí se ha quedado. Nada importante, tal y como, al parecer, habían pactado Bush y Obama, quienes estaban de acuerdo en restarle importancia.
Dianne Reeves presenta en Valladolid su nuevo disco "When You Know", y nos embelesa con su colección de canciones de amor: la deliciosa Lovin’ you o Just my imagination, y esa alegría de la huerta para comenzar el día con ilusión, Today will be a good day. Una versión del I’m in love again con sólo guitarra española y piano para caer totalmente rendida a sus pies, perdidamente enamorada. Fall in love de su voz apasionada, maravillosamente dúctil que gira del grave pesar a la aguda alegría, con todos los matices posibles. Las improvisaciones a capella, sin letra, tan sólo con los duduas que nos dedicó me dejaron totalmente traspuesta, lejos, muy lejos..., más cerca de la luna que de la autovía de Castilla. Mi querida Dianne nos atrapó desde las primeras notas, nos sedujo durante hora y media de pasión y caricias tiernas, y nos dejó abandonados a nuestra suerte en la fría noche de noviembre después de desearnos enjoy, peace, good luck, love...
El Ibex y demás bolsas caen una vez más. La inmobiliaria Tremón suspende pagos. Citi despedirá hasta 50.000 empleados. La recesión yanqui se la espera hasta mediados del 2009. Ha vuelto a bajar el euribor. Un mileurista necesita 30 años para pagar una hipoteca de un piso de 32 metros cuadrados.
Siempre nos quedará Dianne.
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