No empezamos con buen pie. A este paso, veremos el encendido del real de la feria bajo los paraguas, y si la ventolera racheada -la cola del huracán Gustav- no tira por tierra la charrifachada instalada a la entrada de la Aldehuela. Más de alguno habrá reforzado las uralitas de la caseta ante las nortadas del día, encendido unas velitas para que el invierno no se instale ya! Claro, que bien mirado tiene su ventaja, los vapores de aceites recalentados, panceta requemada y chorizos tostados despegan a propulsión. Y señores, la calle Compañía con lo linda que es, mejor solitaria y vacía.
Las de la buhardilla acabamos de prender varias bombillitas de las que ha quedado en regalar nuestro ínclito Sebastián a Santa Bárbara para que escampe cuanto antes, y Milanzarote pueda lucir con garbo su traje charro en la marcha procesional del domingo.
¡Por dios, invierno, NO, aún! Si no he llegado a calentarme.
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