“La recuerdo por este nombre porque con él la conocieron en las calles de Santa Mónica, en las casas, tugurios y platós de Los Ángeles, París y más de medio mundo. Todavía hoy se habla de ella. Sus películas se han convertido en objeto de culto en las webs especializadas. Y es apropiado que lo asuma otra vez, ahra que retorna al paraíso de la fama -siquiera en calidad de estrella dorada en el Hollywood Boulevard y, siempre, como pasatiempo de noches consumidas por atávicos apetitos carnales.”
En Máster en apocalipsis (plazas libres)
Ajo
Diz