25.5.10

ausencia

El aguacero tormentoso del domingo volvió a inundar el Paseo de la Estación. Otra vez la vaguada anegada. Los goterones salpicaban el asfalto quemado y la ilusión agazapada bajo el sofá surgió al ritmo de los goterones relucientes. "Tal vez vuelva. Si no la misma otra nueva". Paseos al baño, cada cinco minutos pero la bañera, vacía y reseca. "Quizá es pronto... Todavía son las diez. No le ha dado tiempo. Sí, es pronto." A las once comencé a morderme las uñas. Paseos al balcón. Las macetas habían digerido todo el chaparrón. Poco a poco la calle se secaba. El viento y chillido de las sirenas se habían callado. "Tiene que venir, siempre aparece con las tormentas de mayo. Sí, volverá aunque sólo sea de paso." Eran las doce menos cuarto, el correr de la ducha del sexto mordió mi corazón. Volé hacia la bañera. Nada, seca. Seguimos sin noticias. Ella no llegaba. Decidí cenar y tomarlo con calma. Con una copita de más y un cigarrillo en la boca tenía toda la noche por delante. Alternaba los paseos al baño con los carreras al fregadero. A la una cuarenta seguíamos sin noticias. "Ya va siendo hora... Puede que con tanto levantar alcantarillas, tanta obra y tanto achique se perdiese por los sótanos". El vecino apagó la televisión y el silencio nos volvió la espalda. La tres en punto, la botella de Perucchi va llegando a su fin y ella no ha vuelto. Siento que podría cantar como la gran Chavela aquello de:

"Nada me han enseñado los años
siempre caigo en los mismos errores
otra vez a brindar con extraños
y a llorar por los mismos dolores.
Tómate esta botella conmigo,
en el último trago nos vamos"

O colgar un aviso en el buzón: "Ella ya no vive aquí". Es lo que tienen las ciudades con río, las sirenitas se escapan por cualquier alcantarilla.

10.3.10




En los periódicos, en la tele privada, en la pública hasta que lo han retirado a petición del PP, en las paradas de los autobuses, en la web, en las columnas publicitarias, hasta en el kiosko de la esquina. ¿Por qué siempre nos toca a los mismos arreglar el desaguisado?


6.3.10

de Madrid al cielo

Las nubes se tragan las Cuatro Torres Business Area (CTBA). La lluvia reblandece el asfalto de la N-VI y los neumáticos croan como ranas encharcadas. Erika sube en Retiro, oculta sus grandes ojos verdosos bajo la curva de su frente, presume de musgosos labios de fresa, tuesta su piel de tundra pálida mientras mira hacia las luces del vagón. "¿Rusa...? Solamente falta el perrito y Chejov de la mano." Erika baja en Noviciado de la mano de su hermana pequeña. Los Teatros del Canal: cristal, maderas claras, tapizado rojo. Joglars. 2036 OMENA-G: decadencia octogenaria, subsistencia paupérrima, actores=hombres frustrados, un deseo: morir en escena como Moliére, , una certeza: eutanasia, una merced: logran su deseo frustrado. La lluvia resbala torpe sobre las cristaleras del teatro. Boadella viene desde la noche de enfrente con el cabello blanco y el abrigo negro. Las nubes exprimen hasta la última gota.

28.2.10

En charricity se han puesto de moda los coches con cristales tintados. Y todos se creen ministros. Pero no tienen chófer, su naricita coloradota asoma por la ventanilla delantera.

25.2.10





¡Qué aburrimiento de invierno, por dios! Algo así estoy necesitando.

(Tourist en la web valpnow)

21.2.10

de motorizados y peatones

Pasas parte de tus días con las manos al volante practicando el despiste en el mundo peatonal: pasar a toda leche por los pasos de cebra y que se paren ellos, apuras hasta el último centímetro y le pasas rozando al caminante que viene cruzando, o los ves un poco despistados en la acera ¡zas palante!, y en una de éstas de tanto estirar casi te llevas por delante a más de uno que tiene que pararse en seco, acabas frenando gastando neumático y te paras al borde del bolso o del bastón del asustado viandante.

Otra gran parte de tus días transcurren como peatón, y ahí ya cambia la cosa. Paseas más chulo que un ocho por tus pasos de cebra, miras de lejos a los que se acercan con gesto de "anda, atrévete y no pares, ya verás...", cuando los autos frenan a tus pies chirriando te aplicas media sonrisa de complacencia, y si alguno te pasa rozando le enseñas en bolso, le sacudes el paraguas o le increpas con algo como: ¿qué? listo para matar...

Tal vez
misombra ha conseguido escaparse del congelador en una de estas idas-venidas alzheimicas que padezco —voy a la cocina o al baño a buscar algo, llego y me he olvidado, esto me pasa varias veces al día, así que vuelta atrás al punto de partida y si hay suerte recupero el hilo y recuerdo—. Pues eso, en uno de estos paseíllos abrí la puerta del congelador, se ha escapado y ahora me tiene presa en este vivir bicéfalo.

17.2.10






Panteón de los teólogos. Convento de San Esteban. Salamanca.


Ahora que estoy leyendo El Manuscrito de Piedra de Luis García Jambrina me gusta volver a mirar las fotos que Losadita hizo en el convento.

12.2.10

eternamente niña

Aire en el estómago, piedras en las manos, chispas en el corazón.
Nubes en los ojos y fiebre en la garganta.
Suspiros en los pies y ositos en los labios.

7.2.10

ya lo tengo!





Ese fondo musical al estilo de "La Misión", ese ímpetu de declamativo, ese énfasis nacionalista -sólo le falta mentar a la selección andaluza de fútbol-, esa intensidad de cualidades -"no nos desabrochamos la camisa nos la partimos"-, esa fogosidad de imágenes, esa furia de colores, esa bandera ondeando al viento me ha dejado traspuesta. Cuando dice "y las rubias..." mi modorra cabecita de lunes la terminó con "y las rubias nos las bebemos", ¡cachis! en qué estaría pensando... Me gusta, me gusta el anuncio.

Ahora a ver con qué se descuelgan los de la Damm o Estrella Galicia, ya estoy viendo sus anuncios terminando con la senyera al vent y la blaquiazul embrabecida en lo alto de la Torres de Hércules.