31.12.09

2009

Hay años que uno comienza mojado, esponjoso, con el agua chorreando por las rendijas y los termina agrietado con el gesto encogido. Pero este año que empezó con la sonrisa congelada, acaba con la cabeza a pájaros y el corazón palpitante, y un sin fin de palabras en la memoria: palabras impresas, crisis, ¿what crisis? - plan E, trajes corruptos, esqueletos que crujen, políticos en línea, canciones para abrigar el corazón, encuentros inesperados, palabras en voz alta, besos en los rincones, sostenibilidad, mentiras a la sombra de las palmeras, cerebros inundados, el azar a borbotones, y el deseo en gotas deslizándose por las hojas del naranjo.

feliz año, queridos

chin, chin...

buenas noches y buena suerte


Y para celebrarlo ...





Passion en el disco Cinema de Rodrigo Leao.

24.12.09

Tropiezo con los dientes de las escaleras mecánicas y casi me estampo con el rincón del gourmet con dos jamones Joselito y un cortajamones me extirpa de cuajo el michelín. Varios días de tiendas, y tengo la cantinela de villancicos de cuerpo presente en mil últimos sueños. Ofertas y ventas especiales de Navidad. Nuestros bazares están repletos de wis, juegos imposibles, artilugios electrónicos, alimentos varios para comilonas hasta atragantarse dentro de la cueva, al calorcito de la hoguera. Paseo bajo luminosas alfombras voladoras y recuerdo al viejo Sócrates paseando por el mercado de Atenas, contemplaba los bazares repletos decía: ¡Qué rico soy, cuántas cosas hay que yo no preciso!

19.12.09


Helada mañana de sábado.

desatinos

Hay semanas que una espera detrás de la puerta abrazada a misombra, temiendo que el vello se erice del revés y acabé perforando los capilares, que esas mariposillas en el estómago -propias, dicen, del enamorado- se se lancen a recorrer mundo y se instalen en el cerebro, o que postulas sanguinolentas crezcan en manos y espalda. Sin embargo suceden presusoras, en ritmo monocorde, sin sustos; comienzan como la nieve del martes fría y compacta pero que un airecillo cálido deshace hilillos de agua.

12.12.09

gorilas en la niebla

No sé si ha pasado fin de año o el fiestorrón del jueves fue solo un aviso, y estoy en la nueva década o todavía no he llegado ni al sorteo de Navidad. MiLanzarote prohibió la celebración estudiantil pero, querido, no se pueden poner puertas al campo..., y ni los municipales, ni la niebla amilanaron a las manadas dispuestas en la plazas y calles de charricity. Entre el empacho de gominolas de la nochevieja, la resaca y la niebla estoy un tanto perdida. Miento, gracias al paseo vespertino de esta tarde de olor de invierno y aire marcial, las cataratas de luciérnagas colgantes de la Gran Vía, y los árboles forrados de lucecitas de la plaza de España, y las campanitas suspendidas sobre nuestras cabezas en las calles del centro han terminado por situarme: Navidad.

Allá en el sur, al sol, la Navidad es azulada, huele a mar y arrastra las piedras hasta la orilla, clama en un desierto de lava: Merry Christmas, y tumbada sobre la arena sacia los oídos con rumores de palmeras. Y despista, todo eso también despista mucho. Casi tanto como a MiLanzarote la nochevieja de los treinta mil gorilas en la niebla dispuestos a convertir su ciudad en "el Chicago de los años veinte".

6.12.09

al sol





en blanco y negro: casitas blancas, ventanas azules y verdes, balcones de madera, matorrales raquíticos, arenas negras, piedras de lava, viejos cráteres, olas de invierno y esqueletos al sol.

25.11.09

¿blanco o negro?

Al fin he logrado sentarme delante del portátil casero más de media hora, sin prisas, con toda la tarde y la noche por delante. Contenta por haber atizado unas cuantas patadas a las hojas desparramadas por las aceras -pasatiempo otoñal favorito que entretiene mis idas y venidas diarias-.

El azar televisivo me alegra la tarde del sábado con Gilda. Tumbada en el sofá sin parpadear, trato de grabar en la memoria un sinfín de diálogos sin desperdicio: "La odiaba tanto que no podía quitármela del pensamiento. Estaba en el aire que respiraba, en la comida que tomaba" nos confiesa Johnny Farrell, "Te odio de tal modo que buscaría mi perdición para destruirte conmigo" le larga Gilda a Johnny.

Espero impaciente que Miss Rita cante sus hits. De blanco con la barriguita al aire, el siempe nostálgico Amado mío con un bailecito sin desperdicio. De satén negro y escote palabra de honor luciendo hombros y medio brazo -eso sí siempre con larguísima abertura para exhibir piernas de infarto- el escandaloso Put the blame on mame con el streptease del guante. Esa imagen de Gilda con los brazos en cruz, lazada enorme ajustada en la citura y guantes largos merece un lugar en "Las lágrimas de Eros" -la
exposición del Thyssen que recorre los mitos eróticos basándose en el libro de Bataille-. ¡Qué sexy, por dios! Y han pasado más de sesenta añitos. Lo peor, no sé por cuál decidirme: ¿blanco o negro?